“Ciencia en la calle” ha atraído a numerosos niños y jóvenes que han visto diversos experimentos / Carlos Díaz
La aplicación práctica de diferentes áreas de la ciencia en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) a la vida real ha puesto de manifiesto el valor de la investigación y la necesidad de potenciar las profesiones científicas
Numerosos ciudadanos de Ciudad Real, principalmente escolares en familias y jóvenes en grupos, han disfrutado esta tarde de los experimentos que científicos y profesionales de los centros de investigación llevan a cabo en el Parque Gasset para acercar el conocimiento científico a la población.
Tuvo lugar en el marco de la iniciativa “Ciencia en el Camino” organizada por diferentes instituciones, con pruebas y demostraciones que se llevaron a cabo en carpas dedicadas a diferentes áreas: química, tecnología de alimentos, hidrógeno, informática o geografía. La aplicación práctica de diferentes áreas de la ciencia en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) a la vida real ha puesto de manifiesto el valor de la investigación y la necesidad de potenciar las profesiones científicas.
Uno de los puestos más visitados fue el de estudios de química, donde estudiantes de grado y posgrado atrajeron la atención de grandes y pequeños con tres experimentos.
Según explicó el alumno José Gallego, para los interesados repetían la técnica de la tinta invisible, es decir, el color con el indicador de fenolftaleína (transparente), que tras su desprotonación con una base de soda adquiere un color morado o rosa. Del mismo modo, también ha sorprendido la botella azul, que consiste en reducir el azul de metileno con glucosa hasta que se vuelve transparente, pero al volver a agitarlo se oxida de nuevo a azul.
El tercero implicó inflar un globo con una botella, vinagre y bicarbonato de sodio, una reacción que produce dióxido de carbono (gas).
hidrógeno
Por su parte, Adrián Pardo, químico del Centro Nacional del Hidrógeno en Puertollano, explicó a los asistentes cómo funciona una pila de combustible para generar energía para los coches, partiendo de un circuito en el que se introduce agua en un electrolizador y se transforma en energía con calor, produciendo hidrógeno y oxígeno.
La técnica se basa en convertir la energía térmica en combustible, que en el caso del hidrógeno podría utilizarse para aprovechar y almacenar el exceso de energía eléctrica de los paneles fotovoltaicos y solares para alimentar pilas de combustible u otros sistemas energéticos.
De las dos carpas dedicadas al grado en tecnología de alimentos, también resultó muy atractiva la aproximación a la microbiología, “que nos ayuda a hacer alimentos como el pan o el yogur”, a través de un microscopio donde se podían ver estos microbios, y también monitorear el crecimiento de levaduras. .
ácido y esferificaciones
De igual manera, según explicó Eduardo Guisantes, doctorando de esta carrera, analizaron la acidez a través de un extracto de col lombarda. “Si le agregamos alimentos más ácidos, cambia de color, se vuelve más rosado o rojo, y si le agregamos otros alimentos más alcalinos, se vuelve de color azul o verde”.
También han realizado las conocidas esferificaciones, la técnica culinaria presente en programas como Master Chef, en este caso utilizando melocotón, sandía y jugos tropicales. Se trata de “crear una gelatina con propiedades de savia en la superficie de la esfera” después de disolver alginato -una sustancia producida por las algas- con calcio.
Al acto asistieron el IREC, la Sociedad Astronómica y Geográfica de Ciudad Real, Geovol, el Centro Nacional del Hidrógeno, la Clínica Sac y las Facultades de Medicina, Informática y Ciencias y Tecnologías Químicas de la UCLM en Ciudad Real.